Entrevista a Emil’ Keme
ganador del Premio de Estudios Sobre Culturas Originarias de América
Concedido por la Casa de las Américas de cuba
Kaypa’ Tz’iken (K.T.)
Estimado amigo Emil’ Keme (E.K.), aprovecho la oportunidad para agradecer tu colaboración con la página tujaal.org a través de los valiosos artículos que has publicado. Sabemos que han llegado a mucha gente en varios países.
El 30 de enero del 2020, nos alegró recibir la grata noticia del Premio Casa de las Américas para Culturas Originarias que te concedió la Casa de las Américas de Cuba por tu libro Le Maya Q’atzij’/Nuestra palabra maya. Poéticas de resistencia y emancipación en Iximulew/Guatemala (1960-2012).
Es sobre este premio que me gustaría conversar son tu persona para compartir con nuestros lectores.
K.T. ¿No podrías contar más sobre el premio que te concedieron?
E.K. Antes que nada, muchas gracias por la oportunidad que me brindás para compartir esta alegría. El premio Casa de las Américas se inició en 1960 y es uno de los más prestigiosos en el continente. Es otorgado cada año y tiene varias categorías que incluyen ensayo, novela, poesía, testimonio. Hace algunos años, Casa inició la categoría Premio de estudios sobre culturas originarias y, pues, en noviembre del año pasado decidí enviar mi manuscrito dado que encajaba con los requisitos. A finales de enero del presente año, me notificaron que me habían concedido el Premio por mi libro, Le Maya Q’atzij/Nuestra palabra maya.
K.T. ¿Qué representa este premio para ti y para nuestros pueblos originarios?
E.K. En lo personal, el Premio es un reconocimiento a mi trabajo y mi deseo por valorar y examinar críticamente la valiosa contribución de escritores indígenas y sus obras literarias. Es algo que me anima a seguir adelante. A través del Premio, a mi juicio, también se reconocen las históricas luchas de nuestros pueblos, enunciadas en el registro literario. Este libro y la labor creativa de artistas mayas son el resultado directo de las luchas de nuestras abuelas y abuelos contra las invasiones europeas y el colonialismo interno al que hemos estado sujetos por siglos. No se puede entender nuestro protagonismo político y creativo hoy sin reconocer esas luchas anticoloniales. Así pues, considero el Premio como un homenaje a la creatividad artística de nuestros pueblos y nuestras históricas luchas descolonizadoras.
K.T. Cuéntanos de qué trata tu libro.
E.K. El libro hace un análisis crítico de la obra poética de diez escritores Mayas contemporáneos. Me concentro en el período de 1960 a 2012 e identifico tres momentos de insurgencia literaria maya. En la primera —entre 1960-1978— analizo la obra de los kaqchikeles, Francisco Morales Santos y Luis de Lión. En la segunda, 1978-1996, discuto la obra de Humberto Ak’abal (k’iche’), Gaspar Pedro González (q’anjob’al) y Víctor Montejo (pop’ti). En el tercer momento, 1996-2012, me enfoco en la obra de Rosa Chávez (k’iche’/kaqchikel), Maya Cu (q’eq’chi), Pablo García (k’iche’), Manuel Tzoc (k’iche’) y Sabino Esteban Francisco (q’anjob’al). Por un lado, leo las obras de estos autores como una denuncia a las políticas colonialistas del Estado-nación guatemalteco y, en ciertos casos, los sectores de izquierda; el deseo de estos autores por afirmar y dignificar sus diversas identidades Mayas y expresar sus deseos emancipadores en un contexto colonial como el de Guatemala. Por otro lado, también pongo en diálogo a estos autores, imaginando una especie de conversación a través de sus obras. Al considerarlas más rigurosamente, vemos algunas potencialidades sobre sus propuestas de mayanidad, así como también algunas de sus limitaciones. En este sentido, se trata de hacer un recuento histórico de la historia guatemalteca moderna privilegiando la voz literaria maya.
K.T. Compártanos qué relación tiene tu trabajo con la vida cotidiana de nuestros pueblos mayas y con sus luchas históricas y actuales.
E.K. Creo que debemos entender la vida cotidiana de nuestros pueblos desarrollándose en varios espacios y contextos geopolíticos que incluso van más allá de Iximulew. Yo opero primariamente en el ámbito académico estadounidense, y me gustaría pensar que mi intervención a favor de las luchas históricas y actuales de nuestros pueblos se da en ese ámbito. Con el libro, me interesa situar voces Mayas en el centro de discusiones en donde mucha gente piensa que nosotros ya no existimos, que los Mayas desaparecieron a la llegada de los europeos o perspectivas deshumanizantes que piensan que nuestros ancestros fueron ayudados por extraterrestres a la hora de construir sus templos y ciudades. La poesía Maya que estudio en el libro contribuye, pues, a hacer visibles nuestras diversas experiencias y mostrar la continuidad histórica de nuestra existencia milenaria. Yo, como muchos otros, afirmo mi identidad Maya en lo que hoy es Estados Unidos y mi subjetividad se nutre de la lucha de nuestros pueblos y de la producción textual, tanto del pasado como del presente. Día a día sigo lo que ocurre en Guatemala, así como en otras partes del Mayab’. Creo, en este sentido, que lejos de adherirnos afectivamente a las fronteras geopolíticas que nos han impuesto los colonos europeos y sus descendientes criollo-mestizos/ladinos, debemos ir pensando la idea de Mayanidad de forma mucho más amplia. El Mayab’ abarca lo que hoy es Guatemala, Honduras, El norte de El Salvador y el sur de México. Nuestra convivencia social fue interrumpida, primero, por los invasores españoles, y luego, por criollo-mestizos/ladinos que plantaron los estado-naciones en nuestros terriotios ancestrales. A través del discurso de ciudadanía se nos enseña a amar a países que en realidad odian y niegan nuestros orígenes milenarios y nuestras especificidades culturales y lingüísticas. Como académico Maya k’iche’ en un espacio privilegiado, tengo pues el deber de desafiar esta clase de actitudes y las narrativas dominantes que hablan sobre nosotros. Como sabés, se ha escrito tanto sobre nosotros, en la mayoría de casos, por kaxlanes (no indígenas). Muchas veces ni siquiera sabemos lo que se dice de nosotros. Muchos de estos estudios han sido muy valiosos y nos han brindado información indispensable sobre nuestros pueblos, nuestros idiomas, nuestra historia, nuestras luchas, pero otros desafortunadamente contribuyen a crear estereotipos y perpetuar el racismo contra nosotros. Incluso, a veces, debido a una falta de conciencia histórica somos nosotros mismos los que inadvertidamente contribuimos a reciclar semejantes posturas. Es por eso que mi libro ofrece una mirada crítica de nuestras luchas a través de la poesía Maya actual. De esta manera, pretendo diagnosticar algunas de las razones por las cuales luchamos: por qué nosotros hablamos de recuperar y defender nuestros territorios ancestrales y por qué es importante hablar nuestros idiomas mayas, lo que significa para nosotros hablar sobre libre-determinación o autonomía. Me interesa también producir un registro para recuperar y agenciar nuestro conocimiento Maya. Con todas sus limitaciones y contradicciones, me gustaría pensar pues que mi intervención académica y crítica interrumpe y autoriza la voz Maya en esos espacios privilegiados. De igual forma, se trata de entender que nuestras batallas no solo deben tomar lugar en las calles a través de movimientos sociales, sino que debemos meternos e involucrarnos en cualquier espacio donde se tomen decisiones que afecten nuestras vidas; debemos participar en esos espacios con una postura moral y ética a favor de las luchas reivindicativas de nuestros pueblos.
K.T. Cuéntanos alguna historia personal relacionada con el libro, qué te inspiró escribirlo o cuáles fueron tus principales aspiraciones o intereses al haberlo escrito.
E.K. Los antecedentes del libro tienen que ver con mi primer libro, Nacionalismos Mayas y desafíos postcoloniales en Guatemala (FLACSO, 2008) y una antología de poesía Maya que edité y se publicó en el 2010. Se titula, U’k’ux kaj, u’k’ux ulew: antología de poesía Maya guatemalteca contemporánea. En mi libro, analicé los debates entre mayas y ladinos a propósito de temas de interculturalidad que se estaban discutiendo a luz del protagonismo alcanzado por el movimiento Maya en los años noventa. Cuando concluía ese libro, me percaté de que se estaba forjando un potente movimiento literario Maya en Iximulew. Me interesé entonces en recopilar y publicar la obra poética de 15 escritores representativos. Cuando edité los textos y escribí la introducción, surgían muchas preguntas, como la relación de ciertas obras con otras; qué criticaba o elucidaba esta poesía en términos políticos, culturales, estéticos; por qué algunos escritores solo escribían en kaxlan tzij (castellano), mientras que otros preferían producir textos bilingües; por qué había estilos diferentes; encontré referencias especificas a nuestra historia milenaria que me parecía que necesitaban ser exploradas más sustancialmente… fue entonces que decidí indagar en estas inquietudes y proceder a escribir el libro. Vi que en las obras poéticas había tanto que discutir y era necesario hablar sobre sus complejidades de forma más sustancial. Salvo algunos casos, decidí también no enfocarme en poemas particulares, sino más bien leer poemarios completos puesto que me pareció mucho más enriquecedora esa aproximación. Uno de los errores que he visto, por ejemplo, es que se presume que todos los escritores dicen o expresan básicamente lo mismo. Muy por el contrario, en las obras que estudio, encontré que si bien todos hablan desde un posicionamiento Maya, sea k’iche’, kaqchikel, q’eqchi’, etc., cada autor expresa diferentes preocupaciones. Algunos de ellos, como Maya Cu, privilegian el protagonismo histórico de las mujeres mayas; Manuel Tzoc expresa una postura indígena cuir/queer que no es considerada por otras y otros. En Humberto Ak’abal y Sabino Esteban Francisco, por ejemplo, develamos perspectivas que se apegan a la justicia ambiental a través de una relación orgánica entre ser humano, medio ambiente y los animales. En fin, a través de las obras, descubrimos una enriquecedora experiencia humana.
K.T. ¿Cómo ves el panorama literario de nuestros pueblos originarios, especialmente de nuestros pueblos Mayas?
E.K. Estamos definitivamente presenciando una verdadera explosión literaria y cultural Indígena en nuestra Abiayala (las Américas). Ahora hay cientos de artistas que poco a poco están ganando mucho protagonismo. La palabra indígena, como esas flores que surgen del concreto de las calles, siempre encuentra un camino, por más obstáculos que se nos pongan enfrente. Nos rehusamos a morir. Ni las pandemias podrán acabar con nosotros. Iximulew no se ha quedado atrás en este gran concierto artístico. A mí me alegra ver que las nuevas generaciones estén tomando la palabra y desarrollando nuevos imaginarios, nutridos siempre de nuestro legado ancestral, de la espiritualidad que caracteriza a nuestras comunidades, los idiomas… Y ahora también vemos hermosos proyectos culturales autónomos como el de ustedes, Tujaal radio, la editorial y tu trabajo poético y musical, y también la editorial POE, dirigida por el poeta Maya mam Wilson Loayes, quien también apoya lindas iniciativas culturales para motivar a jóvenes a escribir en idiomas Mayas. Las redes sociales también están ayudando mucho. Presenciamos recitales o diálogos entre escritores y críticos, así como espacios culturales que posibilitan el acceso a esta producción literaria y cultural. Y si a esta revitalización literaria añadimos el maravilloso trabajo de artistas visuales como el de Paula Nicho Cumez, Nuto Chavajay, Marilyn Boror Bor, Edgar Calel, David Sacach, entre muchos otrxs, o cantautores como Sara Curruchich, Tzutu B’aktun Kan, Ch’umilkaj, o el bello trabajo que está realizando Walter Paz Joj con la epigrafía maya, tenemos un verdadero y envidiable epicentro cultural y artístico. Y eso que solo estoy hablando de Iximulew. Si borramos por un momento las fronteras coloniales, y pensamos en el Mayab’, y nos extendemos a los artistas Mayas en la diáspora, allí se añaden muchas voces más. Sol Ceh Moo, Briceida Cuevas Cob, Ruperta Bautista, Ana Patricia Martínez Huchim, Andy Chuc… ¡la lista sigue! Lo que es verdaderamente impresionante y es importante mencionar es que la mayoría de estos artistas opera de forma autónoma. Sin ningún apoyo estatal. A veces de sus propios ahorros producen su arte. Otros hacen sus libros a mano.
K.T. ¿Qué mensaje les darías a los artistas/escritores, a la población y a la juventud Maya?
E.K. ¡Que sigan adelante! Que sigan luchando, escribiendo, pintando, cantando y que animen y apoyen a otras y otros a expresarse creativamente. Por siglos nos han tratado de matar y silenciar. El arte es una de muchas maneras de expresarnos y de contar y compartir nuestros sueños y nuestros deseos. Así como lo han hecho nuestros ancestros, con libros como el Popol Wuj, Los anales de los kaqchikeles, Los libros del Chilam B’alam, nosotros también debemos producir arte, puesto que las generaciones que vienen detrás de nosotros necesitarán también alimentar su dignidad maya. Necesitarán saber cómo hemos sobrevivido, y cómo hemos trabajado para afirmar y continuar nuestras luchas por existir.
K.T. ¿Cuándo estará disponible el libro para el público? ¿A qué público consideras que está dirigido el texto?
E.K. La editorial de Casa de las Américas ha iniciado el proceso de edición del libro y saldrá a luz en Cuba en enero del 2021. Estoy en dialogo con ellos para ver cómo lo difundiremos en Guatemala. El libro también saldrá en inglés. La editorial de la Universidad de Minnesota en Estados Unidos lo publicará bajo la serie la “América indígena” dirigida por Robert Warrior (pueblo Osage). Esto me alegra mucho puesto que una audiencia anglosajona también podrá aprender del movimiento literario Maya en Iximulew. El libro está dirigido a cualquier persona interesada en aprender sobre la historia de Guatemala desde la perspectiva de los Pueblos Mayas. Mi intención es privilegiar esas perspectivas puesto que, en los debates sobre la historia de Guatemala, el registro literario no ha sido rigurosamente considerado.
K.T. ¿Cuáles son tus planes después de este libro?
E.K. Actualmente, junto con la activista Maya mam, Juanita Cabrera López, estoy trabajando en un proyecto que da cuenta sobre migraciones indígenas a los Estados Unidos. Como hemos visto en los últimos años, debido a políticas neoliberales extractivistas o el racismo estructural, muchas hermanas y muchos hermanos indígenas están siendo obligados a salir de sus territorios ancestrales. Muchos han muerto en esa larga travesía; otros permanecen en jaulas, separados de su familia, o muriendo en las condiciones más degradantes debido al maltrato inhumano del gobierno estadounidense; otros son regresados a sus países. La cosa ha empeorado debido a la pandemia del Covid-19. No solo nos deshumanizan y nos matan físicamente, sino que también nos borran culturalmente. En los medios de comunicación, las redes sociales y ciertos sectores académicos que escriben sobre la experiencia migratoria, se refieren a nosotros como “latinos” o “hispanos” o mestizos o, incluso, “indígenas hispanos” o “indígenas latinos”, borrando nuestras identidades milenarias como Mayas k’iche’, mam, kaqchikel, tzeltal o zapoteco, nahua, otomí. Estas representaciones niegan nuestro pleno derecho a existir como pueblos indígenas con identidades milenarias y demandas específicas. Nos interesa, pues, hacer un estudio que dé cuenta de esas experiencias y explorar cómo generamos formas de afirmar nuestra identidad indígena en contextos transnacionales. Desafiar esas erróneas ideas de que al salir de Guatemala o México dejamos atrás nuestras identidades indígenas.
K.T. ¿Quieres decir algunas palabras finales?
E.K. Solamente agradecerte por el espacio que me brindás, así como también tu apoyo. Si no hubiese sido por vos, no estuviéramos hablando del Premio. Agradezco que me hayas ayudado a llevar el libro a la Embajada de Cuba. Espero poder seguir colaborando con vos, contribuyendo con mis artículos a la página de TUJAAL.ORG.
K.T. Te felicito por el merecido Premio y te deseo un largo y fructífero trabajo.
E.K. Sib’alaj maltyox. In Kinki’kot iwuk iwonojel (Muchas gracias. Yo estoy muy contento de estar y compartir con todas y todos).
Guatemala, junio de 2020
Esta entrevista fue publicada en tujaal.org en junio de 2020.